No nos cabía duda de que el legado de Goya, Velázquez, Cervantes, Góngora, y paramos por no seguir, es un importante poso que nos sirve para repartir filólogos por el mundo y atraer turistas a conocer nuestro patrimonio cultural. Pero se ve que estos señores no se esforzaron demasiado o se confiaron en que generaciones venideras mantuviesen su legado...
Documentos gráficos como el siguiente nos despejan algunas dudas acerca de la eficacia de las políticas educativas que diseñan los vividores de nuestro país:
Ante ello, no nos queda más que recurrir a otro grande, que comenzó su vida hablando de culs, pets y pits, y ahora va camino de convertirse en el relevo generacional de Ramoncín, que pasó de ser el rey del pollo frito a un intelectual demodé. En fin serafín... para vuestro disfrute (aunque la película de donde está sacado es muyy grande)
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